Cada uno de nosotros tiene un pasado que
gracias al recuerdo vuelve a nosotros invadiendo nuestro pensamiento, sacudiendo
nuestros sentidos. Buenos, malos, fugaces o duraderos nos recuerdan nuestros
primeros pasos, torpes e inseguros pero siempre arropados por el manto de
nuestros seres queridos.
Un caballo fugaz llamado niñez ;
la mano de aquella escultora llamada Pubertad
o la marca imborrable de la demente y dulce adolescencia .
El amor, la alegría...penas y lágrimas se han sucedido ante nuestros ojos que como diafragmas ópticos que a forma de cámara oscura han ido registrando esos instantes a modo de fotografías; plasmando en nuestra mente aquellos negativos de nuestra aún incompleta biografía.
Un caballo fugaz llamado niñez ;
la mano de aquella escultora llamada Pubertad
o la marca imborrable de la demente y dulce adolescencia .
El amor, la alegría...penas y lágrimas se han sucedido ante nuestros ojos que como diafragmas ópticos que a forma de cámara oscura han ido registrando esos instantes a modo de fotografías; plasmando en nuestra mente aquellos negativos de nuestra aún incompleta biografía.
Tony Navarro 2012 ©
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