El triste y frío hielo de la mañana aún sigue acomodado en una esquina de mi ventana, temprano abrazo de estrella cegadora que con su calidez hace brotar mágicos reflejos de belleza pasajera,lágrimas que resbalan sobre el cristal y desaparecen en la nada anunciando su inevitable final.
Tony Navarro © 2012
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